The Game

Hola!, bueno, esto no sabia donde dejarlo asi que lo dejo aqui, es un cuento que estoy escribiendo y quiero saber que os parece, nunca he escrito antes asi que quiero saber que os parece, si me he equivocado de sitio n_nU porfavor moverlo

The Game
A veces pienso que me están observando….

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Prologo
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La sangre se escurría de sus manos como si de serpientes arrastrándose se trataran, hacía surcos en la pared aparentando letras que formaban palabras inteligibles.
El juego de calamidades del que había sido advertido hace 7 años se acababa de cernir sobre él, ya no había vuelta atrás, había aceptado el reto y tendría que intentar sobrevivir los meses que durara el juego.

Tal como le advirtieron todo empezaría y todo terminaría en aquella pequeña habitación con grandes ventanales y llena de libros hasta donde alcanzara la vista, ahora,….manchados de sangre seca.

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Capitulo 1
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Hervir un huevo al sol, eso es lo que pensaba Jean cuando distraído miraba por la ventana de la antigua librería de sus padres, era una día de mucho calor, tanto que hasta los postes de las farolas parecían inclinarse buscando el menor recobijo de sombra, que los pájaros no salían de entre las tejas. Seguramente un día mas que perfecto para estar en la playa tomando el sol o simplemente tumbado en la sofá bebiendo un buen refresco frió.
Pero Jean no podía, sus padres se habían ido de vacaciones al pueblo de la abuela y el había tenido que quedarse cuidando de la tienda, después de todo, con 17 años, podía hacerse cargo de la pequeña librería de la ciudad.
A pesar de ser la única, no solían entrar muchos clientes, Jean al principio pensó que era por aquellos libros viejos expuestos tan sosamente en el escaparate, pero termino echando las culpas al olor que normalmente solía impregnar la tienda, un horrible, olor a ajo. Jean siempre había pensado que se debía al aliento de su padre quien acostumbraba a comer ajo a menudo pero desde que empezó a trabajar en esa tienda, cambio de parecer.

Volviendo al incesante calor que asolaba el lugar, dentro de “parola su parola” (el nombre de esta pequeña boutique, en italiano “palabra sobre palabra”) parecía multiplicarse debido a los grandes ventanales que poseía; el único lugar fresquito debía de ser el pequeño rincón que había bajo el mostrador donde el sol no podía acceder.

-Que aburrimiento... – Jean bostezaba mientras pasaba distraídamente las hojas de un libro, el nunca había sido un habido lector, para ser sincero, había leído pocos libros que no fueran obligados del colegio, por dios! Y la mayoría eran horribles, alguno que otro estaba bien, pero porque tenían que elegir tan malos! Así le quitaban las ganas a cualquiera!. Pero de alguna manera tenia que gastar el tiempo hasta que llegara la hora de cerrar.

La campanilla de la puerta le saco de sus pensamientos y levantando un poco la mirada consiguió distinguir a una figura masculina que entraba, se restregó los ojos debido a que el sol le había cegado y cuando pudo volver a ver con claridad se quedo observando al extraño sujeto que tenia ante si.
El hombre no parecía estarse quieto, caminaba de estantería en estantería echándole un vistazo a todos los lomos de los libros, la tienda no era muy amplia, así que volvía a empezar una vez terminado.

-¿Desea algo?.. –Sin recibir ninguna respuesta a cambio, se fijo mejor en el hombre; llevaba un abrigo largo y de un color pardo, tenia una textura de terciopelo pero se veía que era bastante antiguo debido a que en ciertas partes había cosidos unos pequeños parches de otros tipos de marrón intentando disimular el retoque.
El señor parecía rondar entre los 50 y los 60 años, tenía un pelo marrón, lacio, que se le ocultaba detrás del abrigo, y la tez era tan pálida que parecía acercarse al hielo.

-¿Desea algo? – Volviendo a insistir recibió la misma respuesta que antes, Jean ya dando por imposible entablar una conversación con aquel individuo volvió a posar la mirada al texto mientras se abanicaba con una hoja de facturas, verlo con un abrigo en medio del verano era demasiado para el.

-Tenéis libros muy viejos. – Una voz chillona y estridente sonaba mientras el hombre sin pararse seguía desordenando las estanterías. Y volvía a hablar.

-No debéis de tener muchos clientes si no compráis libros nuevos. -

Jean se toca la oreja como si estuviera dolorida.

-A mi padre le gustan los libros antiguos, defiende que tienen más historias que contar.

El hombre sin dirigirle la mirada seguía observando las estanterías y el silencio volvió a hacer presencia en el lugar, a veces cogía uno, ojeaba un par de páginas y lo apilaba junto a otros que dejaba en el suelo.

Al cabo de las dos horas que quedaban para que fuera hora de cerrar aquel sujeto no había hecho otra cosa que hacer montoncitos de libros en el suelo, algunos altos desafiando a la gravedad y otros que mas bien montones parecían apilamientos sin orden alguno.

-y luego me tocara recogerlo a mi…

Al dar las 8 en punto, el hombre dejo el libro que estaba ojeando en uno de los montones y tan rápido como había llegado se fue. Jean extrañado puesto que no le había echado aun se apresuro a cerrar la tienda para que ningún cliente “rezagado” pudiera entrar.
Metió la llave y cerro la puerta, luego se dio media vuelta para contemplar la gran obra de arte que había dejado por toda la tienda, a pesar de ser pequeña y con muchas estanterías entremezcladas ese hombre había conseguido que aquello pareciera mas pequeño de lo que era.

Jean resignado a tener que quedarse seguramente otras 2 horas ordenando aquel desastre cogía los libros y los iba poniendo sin orden; como siempre habían estado.
La mayoría de títulos eran y son conocidos por todos, “Oliver twist”, “Movidick”, “Sherlock Holmes” etc.. Los típicos libros clásicos que nos han obligado a leer alguna vez.


----------- Continuación???

Aquella situación se fue dando una vez tras otra durante mas de una semana, nuestro protagonista ya acostumbrado a que aquel hombre se quedara horas enteras observando la librería.
A veces pensaba que le observaba, otras veces, que su memoria debía de ser considerablemente mala para poder olvidar libros que no habían cambiado a pesar de haberlos ojeado incontables veces.

Jean hasta había cogido la pequeña manía de cerrar una media hora antes de lo habitual para poder salir en un tiempo normal, puesto que, todos los días tenia que encargarse de recoger aquello que había dejado tirado.

Pasaron unas dos semanas, era martes por la tarde, el jueves volverían los padres de Jean de visitar el pueblo de la abuela.

Había comenzado como un día normal, Jean movía la cabeza de arriba abajo siguiendo el ritmo de la música que escuchaba con su ipood, golpeaba con los dedos el lomo de los libros haciendo como una batería. Aplausos, golpes, gritos de jubilo oía en su cabeza mientras se imaginaba que era uno de los baterías de la música que oía, rock quizás punk. Golpe, chasquido, golpe de nuevo, cada vez lo hacia mas rápido, mas fuerte con los ojos cerrados se imaginaba en un escenario tocando, siendo aplaudido, era maravilloso.

POUM! <- xDD me he quedado aquí.

Hina tienes mucho talento (OO) !!! Yo por lo menos he escrito historias y ninguna como esta. La descripción de los objetos, personajes, entre otras cosas está muy bien empleada, sinceramente no me aburrió la historia y eso que solo colocaste una parte de ella sin muchos acontecimientos ya que sabes emplear tu tiempo para la escritura, no puedo esperar a leer la otra parte, espero que continues, te felicito ^^.

*Saiiio (^^)*

Je, me alegro que te haya gustado, xD me cuesta escribir milenios porque no se me ocurre nunca como continuar la historia ademas como soy perfeccionista pues si no me gusta un cacho que he escrito lo borro y lo vuelvo a escribir